¿Quién leyó las retorcidas cicatrices, los ojos de vidrio, los volúmenes amargos de mi destino?
¿Quién se asomó a ver cruzar mis metáforas por pueblos oscuros, quién las oyó pastar?
¿Quiénes son los que atados a mis pies me arrastran por sus túneles infectos, quién atisba en la mirilla esperando el alarido?...
¿quiénes despellejan mi conciencia?
¡Miren! Los espejos atrapan a los seres reptantes,... los espantajos que una vez fueron dioses.
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