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miércoles, 8 de diciembre de 2010

CONVENTILLO DEL ÁRBOL

ASUNTOS DE FAMILIA

Durante la septuagésima cuarta dinastía del reino medio, gobernó en el valle del Nilo, el faraón Tucmósis IV.
Tucmosis IV tuvo muchos hijos. Entre sus predilectos se encontraban Toxoplasmosis y Vitaminosis, los cuales rivalizaban por el trono. También eran hijos de su primera esposa Osmósis, Hidatidosis y Sobredosis. El primero chupaba como esponja, el otro estudió abogacía y el último puso un bolichito en El Cairo De su segunda esposa estaban Osteoporosis, que era arquitecto y Crisis que se dedicó a la economía; y de su tercer matrimonio tuvo a la Ceci y el Jonathan, cuyo paradero actual se desconoce.
De su cuarta esposa tuvo por hijos a Sinusitis y Cefalea que formaron el grupo Tut and Kamon y fueron una de las bandas más escuchadas de todo Egipto.
De su quinto matrimonio no tuvo hijos, pero del sexto tuvo seis: Feromona, Candelabro, Malapraxis y Xenofobia, y los gemelos Tesis y Antítesis.
Como la familia se agrandaba, Tucmosis IV tuvo que conquistar otras tierras.
Fue así que le declaró la guerra a Osobucodonosor III de Babilonia a quien tomó por sorpresa porque estaba en la ciudad de Babia y le arrebató los territorios al oeste del río Eúfrates. Perdió varios de sus hijos en esa guerra, pero nunca supo bien cuáles.
Luego luchó también con el rey Agarrenmenlón el Grande en cuyo auxilio intervino Andasaberquienes el Chico, y más tarde tuvo que enfrentar una rebelión interna. Los camitas, los casitas y los sillitas se habían levantado en armas reclamando mejores condiciones de vida (sobre todo artículos de uso doméstico más grandes) La represión fue brutal.
Una vez pacificado su extenso reino, Tucmósis se dedicó a su actividad favorita: tener hijos.
Fue así que tomó como séptima esposa a una joven llamada Tráquea. Con ella tuvo tres hijos, Bronquitis, Faringitis e Hipótesis (su paternidad sobre esta última es dudosa) , pero la joven murió atragantada con un membrillo y el faraón volvió a casarse. De esta octava unión nacieron varios hijos que recibieron a su vez nombres de distintas dolencias y enfermedades crónicas.
Como seguía casándose y teniendo hijos, pronto hubo que crear una oficina que llevara el registro de su multitudinaria descendencia. Al llegar a su centésima segunda esposa se acabaron los nombres y tomó la decisión de numerar a su prole.
Bueno, él no los numeraba sino que había un funcionario encargado de ello, el cual era uno de sus hijos.
En sus primeros años de reinado Tucmosis reconocía a todos su retoños, incluso los ilegítimos que provenían de sus concubinas (muchas de las cuales eran sus propias hijas) Pero más tarde resultó tener tantos que, francamente, ya no reconocía a ninguno.
La muerte de Tucmosis IV provocó una catástrofe. Cayó apuñalado por varios de sus hijos, ante la mirada atónita de sus otros hijos. Elevando los ojos Tucmosis, herido de muerte, dijo “¡Tu también hijo mío!” Un hijo suyo intentó asistirle mientras los asesinos huían atacados por los hijos del faraón ,que eran sus hermanos.
Luego el caos se apoderó del reino ya que todos sus habitantes (que eran hijos, nietos o bisnietos del faraón) se creían con derecho al trono y se enfrascaron en una guerra civil que terminó con la fecunda obra del gran faraón Tucmosis IV.

Quizá dijo “¿Tu también eres mi hijo?